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domingo, 13 de mayo de 2012


"LA LISTA": DEL PERFECCIONISMO, LA CULPA Y LA PÉRDIDA

Frases tajantes a manera de hachazos que buscan penetrar la densidad del aire; frases que se van agrupando en listas de tareas importantes e impostergables, y otras flotantes. Un método para organizar la vida cotidiana, así habla la mujer de "La lista" de la dramaturga canadiense Jennifer Tremblay, una mujer que aspira a controlar hasta el más mínimo detalle de su rutina diaria, una mujer que no sólo se siente responsable de sí misma, sino de quiénes le rodean.
Mahalat Sánchez da vida en la escena a esta mujer que viaja en la cuerda del equilibrista, entre su neurosis cabalgante y su profunda orfandad emocional, una mujer que se define a sí misma: "Soy una fruta amarga en la ciudad o el campo".  Los primeros 10 minutos del montaje dirigido por Alaciel Molas, la mujer de espaldas a los espectadores, se mira y admira ante un espejo, para dejar aflorar toda esa amargura y culpa que siente por la muerte intempestiva de su Carolyn, su amiga, aún  y cuando no sea su responsabilidad.
Y tras el estatismo fluye la acción dramática, teniendo como entorno una escenografía minimalista, unas mamparas blancas, una mesa con un florero y el el afortunado juego de luces, escenografía e iluminación a cargo de Sergio López Vigueras.
Y una espléndida  traducción del texto original por parte de Humberto Pérez Mortera.
"La lista" es una obra escrita por una mujer, dirigida a un público femenino, aunque sin caer en los excesos de un recalcitrante discurso feminista, más Tremblay escribe desde el fondo de su ser, para presentar a una atribulada ama de casa de clase media, que por atender a los otros, se ha olvido de mimarse, de escucharse, una mujer con una identidad desdibujada que está segura que "terminará en el fondo de un ropero", parafraseando a Sor Juana, ella se siente como "la peor de todas".
De los momentos más emotivos y mejor trazados en su trabajo como directora, Alaciel Molas, pone a su mujer a acomodar, a atiborrar de espigas un florero vacío, hasta que éstas quedan tan apretadas que se hostigan las unas a las otras, metáfora de una existencia que está a la deriva, a pesar de estar tan llena de tareas a cumplir.
 La soledad profunda, irreversible es el hilo vertebral del discurso dramatúrgico de una obra que conmueve, que pone nuestros sentimientos a la intemperie, que nos invita a reflexionar hasta dónde y cuándo una obsesión debe de marcar una vida.
"La lista" de Jennifer Tremblay se presenta los sábados a las 19 horas en el Teatro La Capilla, Madrid 13, la entrada general es de $120.00 y de $80.00 para estudiantes, maestros e INAPAM, terminará temporada el próximo 14 de julio.

2 comentarios:

Francesca Gargallo dijo...

El "recalcitrante discurso feminista" es un llamado a la razón y descalificarlo, temo decepcionarte, no te hará mejor vista por lo hombres que son misóginos siempre (mientras no hacen del "recalcitrante discurso feminista" un instrumento de su propia liberación. Conozco a pocos, maravillosos amigos)

Perla Schwartz dijo...

Si tienes razón querida Francesca yo solo me valía de las palabras de la dramaturga en la conferencia de prensa gracias por tu aportación.

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