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Una biografía sumamente amorosa e investigada con acuciosidad es la que nos entrega Michael K. Schuessler en "Elenísima" (Editorial Aguilar). Resulta un deleite leer este libro donde prevalece una mirada de ternura y admiración hacia Elena Poniatowska (en la imagen acompañada del autor del volumen), Elena, prolífica mujer de letras, mujer que ha entregado su vida desde muy joven a la palabra, esa materia incandescente del lenguaje, lo mismo como entrevistadora- una de las grandes en nuestro país-, que como cronista baste con recordar la memorable "Noche de Tlatelolco", que como cuentista "Lilus Kikus"!, o como recreadora de personajes reales "Hasta no verte Jesús Mío" retrato de la audaz Jesusa Palancares o esa emotiva novela breve "Querido Diego te abraza Quiela", sobre la infortunada pasión de Angelina Beloff hacia Diego Rivera, para quien esto escribe su mejor libro.
Schuessler sigue un orden cronológico para presentar a sus lectores (as) y ofrece la oportunidad de internarnos en una vida apasionante e incansable, en una pluma valorada por estudiosos del extranjero como el caso de Jean Franco en "Plotting Women".
"Elenísima" es el espejo de vida de "Elenita" formadora de escritoras como Alicia Trueba o Rosa Nissan por mencionar tan sólo dos de ellas, una mujer hiperactiva a sus casi 85 años, en fecha reciente fue Presidenta del Premio Alfaguara 2017, premio que ella misma ganara con "La piel del cielo".
El libro viene acompañado de una linda galería fotográfica, en lo personal me conmovió en la que Elena aparece con el ya desaparecido Miguel Capistrán, me hizo recordar que en su velorio, elenita me preguntó con la ingenuidad que la caracteriza: "¿Cuántos años tienes?, al decirle mi edad, de inmediato me respondió "Eres una chavita".
Recomiendo ampliamente la lectura de "Elenísima" de Michael K. Schuessler.
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El teatro es vida... es la opción para confrontar mundos diferentes a los que vivimos cotidianamente, como decía la ya desaparecida Esther Seligson "El teatro es un ritual efímero"; en este sentido cada función teatral es diferente a la que le antecedió, pero es un acto convivencial que inyecta de energía a cualquier espectador (a) sensible.
Da gusto ver un buen montaje, lo que se llamaría un montaje redondo, en este caso la obra "3 días en Mayo" de Ben Brown, que cuenta con una espléndida traducción de Noé Morales, obra discursiva pero inteligente que nos lleva a las discusiones que ocurren en el interior de Downing Street, a las reuniones de Winston Churchill con su gabinete de guerra en pleno conflicto bélico, cuando se hace urgente tomar decisiones urgentes, cuando se hace necesario salvaguardar al pueblo inglés ante la creciente expansión del nazismo.
Teatro de corte político, dirigido con muy buen ritmo de Lorena Maza,(apoyada en la codirección por Alberto Lomnitz) quien sabe mover a sus actores en el escenarios, y que pese a la poca acción dramática, la puesta en escena de cerca de dos horas, nunca se torna pesada o tediosa.
El marco es la portentosa escenografía e iluminación de Sergio Villegas. Como Churchill, un excesivo Sergio Zurita quien se entrega a su personaje, pero que exagera su interprteación.
En cambio un aplauso al resto del elenco, donde destacan las actuaciones de José Carlos Rodríguez como Lord Halifax, Ministro de Relaciones Exteriores y Luis Miguel Lombana como uno de los líderes del Partido Conservador, quien antecedió a Churchill en el cargo de Primer Ministro, un cargo que aún añora.
Mención aparte merece Fernando Bonilla quien como Jack Colville, el secretario particular funge como una especie de narrador.
"3 días en mayo" es teatro comercial de alto nivel. Una puesta en escena imperdible que termina temporada en el Teatro Julio Prieto, el próximo domingo 30 de abril.
Y como el teatro también es lectura, confieso que gocé mucho de la pluma de Rodrigo Obregón de su libro de crónicas vitales- teatreras "Sin ensayar" (Ediciones El Milagro, 2016), nueve textos conforman un volumen dirigido a teatrófilos de corazón, escito con pasión y frescura.
Bien apunta Ana García Bergua en el breve prólogo: "Éstas que vamos a leer son las crónicas de un hombre de teatro, es decir, de un autor que respira, vive y viaja para el teatro."
En efecto Obregón es un apasionado absoluto del hecho escénico y lo mismo nos brinda anécdotas del inconmesurable Tadeusz Kantor que se asombra del misticismo que subyace en la preparación del actor japonés Yoshi Oida, o se enternece de ese paralelismo que existe en una visión naif del teatro egipcio con el teatro mexicano independiente.
"Sin ensayar" es un breve libro que se degusta y que invita a penetrar entre bambalinas a los montajes, no sólo de los escenarios, sino de la vida misma. Y que tiene uno de sus textos más conmovedores en el intitulado "El Mellos" In Memoriam a ese Quijote del teatro penintenciario que fuera Juan Pablo de Tavira.
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No se requieren de mayores recursos económicos ni de efectos especiales para realizar una buena película, cuando se tiene algo importante que decir o comunicar.
Tal es el caso de la coproducción cubano-española "Últimos días en La Habana" (2016) que forma parte de la programación de la 62a Muestra Internacional de Cine de Cineteca Nacional.
El filme dirigido por el veterano Fernando Pérez Valdés es de carácter intimista a partir de un microscosmos, un edificio de departamentos en La Habana nos sitúa en un ambiente de desencanto y desesperanza, donde hay pocas salidas hacia la luz.
Retrato de la Cuba actual que se sustenta en una visión humanista, por algo ganó el premio a mejor película iberoamericana en el Festival de Málaga del 2016.
La historia se centra en la complicidad amistosa entre Diego (Jorge Martínez) un hombre postrado en la cama, en una fase terminal de SIDA, pero que conserva ánimos de sobrevivir a su irreversible mal, y Miguel (Patricio Wood), un ser hermético que espera anhelante el visado para viajar a los Estados Unidos.
En tanto, trabaja como lavaplatos, cimbra cuando Miguel dice casi al inicio de la cinta: "Soy un Hombre Lobo de Londres, pero sin Londres", frase que nos remite a su ser atormentado y desolado.
La teatralidad es una marca de "Últimos días en La Habana", una cinta emotiva que en ningún momento cae en el melodrama burdo ni en la cursilería, una cinta que tiene en Yusileidi- sobrina de Diego-, a un tercer personaje muy importante, interpretado por la joven actriz Gabriela Ramos. Ella no tiene pelos en la lengua, dice en forma directa lo que piensa, es como una especie de conciencia de lo que viven el resto de personajes.
Este filme de Pérez Valdés se inscribe en una visión realista y conmovedora, es un filme que duele, al tiempo que es un homenaje a la amistad y al compromiso humano.
La recomiendo ampliamente, de los puntos altos de esta 62a Muestra de Cine.
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Me declaro una espectadora insaciable y una lectora irredentamente incontenible. Por eso en esta ocasión haré referencia a dos propuestas, una en el teatro y la otra en el cine. Y como posdata, la recomendación de una lectura.
"UN TRANVÍA LLAMADO DESEO".- Este texto canónico de Tennessee Williams es revisitado por Iona Weissberg y Aline de la Cruz pero no con mucha fortuna, la puesta en escena no llega a la fuerza de la dramaturgia de su autor. El refinamiento de Blanche Dubois contra el primitivismo de Stanley Kowalski es uno de los temas vertebrales de una obra que continúa siendo actual por el modo en que bucea en las contradicciones emocionales del ser humano.
Digo que la puesta en escena es un tanto fallida, por la música creada por Mario Santos, ex profeso y que parece de aeropuerto o de oficina sin tener ese toque de nostalgia presente en las palabras de Williams-dramaturgo.
Además los colores de la escenografía de Sergio Villegas son en exceso estridentes y remiten más a un filme de Almodóvar que a un departamento decadente.
La que salva un poco este montaje es la siempre eficaz y talentosa Mónica Dionne como Blanche Dubois, mientras que María Aura pone su mejor esfuerzo para caracterizar a Stella Kovalski, en cambio Rodrigo Murray no tiene espacio para lucir sus dotes histriónicas y Marcus Ornellas como Kovalski nos ofrece una interpretación muy débil.
"Un tranvía llamado deseo" se presenta de viernes a domingo en el Teatro Helénico hasta el próximo 30 de abril.
"LADRONA DE ALMAS".- Este viernes 21 de abril se estrena la cinta "Ladrona de almas", 18o trabajo fílmico de Juan Antonio de la Riva, película de época que se inscribe en el género de terror gótico, filmada en el 2015 y que fue reconocida como mejor película en el Festival Feratum.
Para quien esto escribe lo que más destaca de esta propuesta es el indudable oficio como cineasta de Juan de la Riva, sobre todo por su capacidad de generar atmósferas atractivas, amén de hilvanar con acierto la narrativa cinematográfica.
La cinta se desarrolla en México en 1815, cuando unos supuestos insurgentes le piden asilo a un hacendado, y son otras sus intenciones. Destacan las actuaciones del trío protagónico conformado por Sofía Sisniega, Ana Sofía Durán y Natasha Dupeyrón.
Da gusto cuando un cineasta se arriesga a experimentar en otros géneros, mostrando su capacidad en el manejo del celuloide.
PD.- Y la lectura ese remedio infalible contra la soledad y el tedio me lleva a la valiosa relectura de "La naúsea" de Jean Paul Sartre, donde literatura y filosofía van de la mano, amén de que es un retrato de la deshumanización del hombre en el siglo XX.
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Una investigación acuciosa escrita en un lenguaje teórico-lírico es la que nos presenta el doctor Rodolfo Uribe Iniesta en su libro "Tiempos y procesos en la constitución de un espacio regional: El caso de Tabasco" (Editado por el CRIM de la UNAM, 2016).
Tres grandes capítulos conforman este estudio, cuyo marco de análisis es el paradigma de la complejidad para proponer y demostrar el proceso de formación, así como el eventual deterioro ambiental de la región tabasqueña.
El investigador integra diversos procesos como son: el temporal, el geológico, el biológico, así como el de carácter histórico para dar cuenta del dinamismo de una zona, que para su evolución se encuentra presidida por diversos factores, entre los que destacan: el cultural, el económico, y el tecnológico.
En forma paralela con acierto, Uribe Iniesta expone la evolución socio-política y ambiental de un Tabasco, que ha padecido décadas ininterrumpidas de explotación petrolera.
Estamos ante un ensayo y una ivestigación fundamentada en un amplio corpus teórico que nos da cuenta del cómo una región puede ser deteriorada por diversos factores ajenos a ella, el cómo se sacrifican recursos naturales y ambientales en pro de intereses mercantilistas.
De una lectura amena es este libro que postula claramente que Tabasco debe encontrar el modo adecuado para inscribirse en los diversos circuitos turísticos-ecológicos para así romper el cerco de inercia en que se encuentra hundida.
Asimismo queda patente que Tabasco es un estado rico que amerita una mejor suerte de la que corre en la actualidad y que tampoco se encuentra exento de problemas de narcotráfico como ocurre en otras regiones del país.
Es recomendable la lectura de este libro del incansable Rodolfo Uribe, investigador incisivo y culto.
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Es mucha la oferta teatral que se tiene en la Ciudad de México hasta el teatrofilo de hueso colorado no se puede dar el tiempo ni tiene el presupuesto para ver todo lo que se presenta en escena. El fin de semana pasado- quien esto escribe- vio dos propuestas refrescantes. La primera de ellas "Espasmo" de la autoría de Viridiana Narud, una obra de corte existencialista que gira en torno al tour de forcé entre víctima y victimario y que en momentos recuerda a "La muerte y la doncella" de Ariel Dorfman, puesto que la pareja que està en escena sostiene un juego sádico-masoquista.
Hamlet Ramírez y Diana Sedano ofrecen dos muy buenas interpretaciones de sus personajes, él como colaborador de un règimen opresor, ella como la disidente idealista, a quien no le importaría morir por sus ideales.
Diego Álvarez Robledo el director apuesta por un toque cinematográfico que no se logra del todo, haría falta jugar más con la gestualidad de los actores. Obra que se presentará en La Capilla hasta el próximo 9 de abril.
Obra donde el deseo se fusiona con la violencia emocional, con diálogos punzo-cortantes, obra de una joven dramaturga a quien habrà que seguir, porque pese a que es débil el final de su texto, el contenido a lo largo del mismo nos remite a su talento.
Y la segunda obra que vi, fue el monólogo de María Chayo "No soy gorda" en El Círculo Teatral, trabajo muy inscrito en la tónica del teatro cabaret y que en Paola Izquierdo tiene una muy buena intérprete.
Ágil y lúdica es la dirección escénica de Morris Savariego para un texto que aborda un tema ya tratado en otras ocasiones y que adolece de mayor ironía y sentido del humor, como que se queda muy en la epidermis de la palabra.
No obstante es un espectáculo recomendable para pasar un rato agradable. Estará en cartelera hasta el próximo 30 de abril.
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