IRSE DE CASA
Irse de casa
dejar atrás
una pesadilla,
desprenderse de la sombra dantesca,
desempolvar libros, papeles,
memorias
y una cierta luz comienza
a poblar al ser.
Irse de casa
para derrocar
la inercia....
y acceder a deambular
por un derrotero
donde aún permanece
intacta
la pasión por la vida.
Irse de casa
para ya no estar sepulta
entre ruinas y fantasmas
liberar, liberar
esa materia del lenguaje
que al arder...
permite narrar
incluso
esos aconteceres
agrupados en
la dialéctica de la impaciencia.
Perla Schwartz
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