Una historia de lo más cotidiana, pero que muestra el director y también guionista como un gran conocedor de la condición humana, un año y el transcurso de las 4 estaciones; un año y la gama de las emociones, del dolor a la alegría, un año donde unos nacen mientras que otros mueren; un año en que una madura pareja (Jim Broadbent y Ruth Sheen) son una pareja bien avenida que gusta de apoyar afectivamente a la gente desvalida, que se encuentra a su alrededor como Mary (estupenda Lesley Manville), quien en el alcohol ha encontrado sus muletas para soportar una gris rutina y sobre todo una atroz soledad emocional.
"Toda una vida" es una película que toca las fibras más sensibles del espectador, sencillamente porque Leigh es un gran director de cine, que no requiere de efectos especiales, que sabe manejar una austera puesta en escena y que tiene una especial habilidad para dirigir a sus actores, de los cuales entresaca sus mejores valores.
Este filme nos invita a reflexionar sobre los altibajos de la existencia humana, del cómo no hay que perder el control del timón, y que a final de cuentas son los amigos, son esa gran familia que vamos eligiendo a lo largo del camino.
El guión es sensible e inteligente y emociona ver a seres comunes, que sin vidas excepcionales, pueden ser el adecuado espejo para mirarnos.
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