I
Hoy,
me siento rebasada
por el exceso de soledad.
Estoy ante la orilla
del irredento mar,
sin atreverme a penetrar
en el él.
II
Las palabras
no emergen...
dormita el lenguaje.
III
La melancolía
ha cristalizado
al torrente de lágrimas.
IV
Se ha fragmentado
el itinerario del deseo,
soy una Estatua de Sal
próxima a desintegrarse.
V
Una autómata deambula
vejada
por su desesperación.
VI
Sólo me sostengo
en una cuerda
casi rota,
el polvo ha resecado
a mi piel,
mi alma se ha erosionado
ante las no certezas.
VII
Días asimétricos
se acumulan
en la bitácora.
VIII
La salvación está
en aprehender
la alquimia secreta del lenguaje,
en hilar
la dialéctica del devenir.
Perla Schwartz, diciembre 2012
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