A lo largo de 70 minutos el espectador se enfrentará al juego de tensiones que se establecen entre la casquivana Marquesa de Merteuil, caracterizada con una buena dosis de sensualidad por Cynthia Klitbo y por Valmont (Víctor Carpinteiro) el actor despliega una buena dosis de erotismo.
Ella es perversa, él trata de someterse a los deseos de su amada por no perderla, ambos se auto representan en un tour de forcé que se agudiza conforme transcurre la obra, la cual es narrada en ciertos momentos por Barroco (Hernán del Riego) quien lo hace con una elegancia sutil.
La música se erige como un cuarto personaje para dar color y profundidad, a una puesta en escena estupendamente dirigida por Marta Luna, quien tiene un buen apoyo con la escenografía e iluminación de Mónica Kubli y el bello vestuario diseñado por Cristina Sauza.
"Barroco, caricias perversas" interna al espectador en los tiempos de la Revolución Francesa, cuando se buscó dar un giro a la sociedad, partiendo del lema "Libertad, igualdad y fraternidad". En los salones eran muy comunes los escarceos amorosos para poder subsistir, el flirteo y la posterior entrega, más que por auténtico amor, para dar rienda suelta al goce. Escuchar la canción secreta de las pieles, pareciera ser la principal consigna.
No obstante, los involucrados se percatan que la verdad y el amor no resultan del todo compatibles.
La doble moral permea el discurso de una obra que es gozosa, y que nos adentra a la laberíntica condición humana. Se presenta los viernes a las 20:30 horas; los sábados a las 19 horas y los domingos a las 18 horas en el Círculo Teatral.
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