"ANTES DE IRME, EL AMOR": DE LA FRAGILIDAD DE LOS VÍNCULOS AFECTIVOS

Los vínculos de pareja son frágiles, pese que el uno se conoce al otro, es sumamente difícil llegar a un total entendimiento, a una complicidad que resulte del todo inquebrantable. Tal es lo que plantea la obra "Antes de irme, el amor", donde Sergio Zurita se erige como autor del texto, director del montaje, e incluso da vida a uno de los tres personajes, el cual tiene claros tintes autobiográficos.
Sergio se reúne con su psiquiatra ( una convincente actuación de Emilio Guerrero), por más de tres décadas, sin embargo no alcanza a resolver todo el caos emocional que lo habita. Ha roto con su pareja y vuelve a tener una ilusión amorosa, con una actriz (Naomy Romo), a quien conoce el mismo consultorio. Su intención es adaptar un libro de su autoría en torno a la pérdida de la pareja al teatro.
"Antes de irme, el amor" es una obra reflexiva y discursiva en torno a la pareja y a su imposibilidad; pesan más los diálogos entre los personajes, que el despliegue de una acción dramática. Algunos de los diálogos están teñidos de ironías sutiles, y otros son presididos por la melancolía de aquello que deseó que fuera y que no logró ser.
La premisa es una lúcida frase de Juana de Arco quien dijo: "Mi cerebro es un detective". La dirección de Zurita opta por lo fragmentario, por lo cual abundan los oscuros, para ir acentuando las diversas escenas que conforman al montaje. Puesta en escena minimalista con muy pocos recursos escénicos, una plataforma inclinada y dos sillones.
También se da el juego de teatro dentro del teatro, pues cada uno de los personajes, el psiquiatra, el escritor y la actriz se enmascaran y se representan a sí mismos; para protegerse de ese dolor que amenaza con erosionarlos.
La obra fue estrenada el 1 de agosto y tendrá temporada hasta el próximo 28 de septiembre en El Milagro, con funciones, los sábados y los domingos a las 13 horas y los lunes a las 20:30 horas.