"ANTIHEROÍNA DE SUS DESEOS"

La señora P deambula entre la muchedumbre. Se acentúa su soledad, el asfalto le calcina las plantas de sus pies. Ella va ensimismada, meditabunda, no hace caso de su entorno. Camina sin perderse en el laberinto de sus pensamientos.
Tan sólo se deja ir como una autómata. Desde que optó por desposeerse de su nombre, se ha acentuado su extranjería.
Pero ella ha aprendido a aceptarse. Sólo debe volver a saber cómo habitar en sus adentros para lograr una comunión con su huidizo yo.
La señora P es la antiheroína de sus deseos. Tan sólo sobrevive impulsada por el afán de lograr ser la mejor actriz para ese argumento teatral que se despliega cada noche, cuando ya no es interrumpida, cuando se siente capaz de desprenderse de los otros y se introduce en el epicentro de su imaginación.
                              Perla Schwartz