Ma (estupenda Brie Larson) y Jack (toda una revelación Jack Tremblay) viven confinados en una habitación, un estrecho universo de 10 metros cuadrados). Al inicio del filme vemos como el pequeño de apenas 5 años saluda a los muebles, al lavabo, la regadera, el sanitario, es como si fuera su fauna mágica que lo acompaña. En tanto, Ma se empeña de hacer la vida llevadera a su hijo, aunque en ocasiones le falta la suficiente entereza.
De vez en vez, ellos son visitados por Nick (Sean Bridgers), que podemos suponer es el hombre que los mantiene en "un secuestro", desafortunadamente y éste es uno de los puntos débiles del argumento, nunca se nos revelará el porque.
La primera parte de "La habitación" muestra con intensidad, un estadio claustrofóbico, donde sólo el amor permite tolerar lo intolerable; y donde el proceso emocional de los protagonistas se afianza para tener cierta libertad, pese al encierro.
El filme pierde su fuerza hipnótica en una segunda parte, cuando el pequeño Jack debe confrontar un mundo de afuera, que como es de suponer le costará trabajo adaptarse, puesto que no todo es como se ve en la televisión, amén que tendrá nostalgia de su anterior espacio y donde Ma tendrá un quiebre emocional, aunque sus padres (William H. Macy y Joan Allen) tratarán de apoyarla.
Esta segunda parte carece en definitiva de la maestría de la primera. Abrahamson se muestra como un gran director de actores y presenta un tenso cuento de supervivencia.
Este filme está nominado a cuatro premios Óscar que incluye mejor película, mejor director, mejor guión adaptado de Emma Donogue en base a su novela homónima publicada en el 2010 y como mejor actriz a Brie Larson.
En suma, "La habitación" es visible sobre todo por su primera parte sumamente lograda y que cimbra nuestras fibras más sensibles.
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