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martes, 2 de febrero de 2016


"LA VISITA DEL ÁNGEL": TRASCENDER UN TIEMPO INMÓVIL

"El secreto de una buena vejez no es otra cosa que un pacto honrado con la soledad."
Gabriel García Márquez
"La visita del ángel" es una obra que Vicente Leñero (1933-2014), ese gran dramaturgo humanista escribiera en la década de los 80, su primer montaje fue dirigido en 1981 por Ignacio Retes, hoy retorna a los escenarios bajo la dirección de Raúl Quintanilla.
Estamos ante una puesta en escena hiperrealista donde se privilegia el espacio (notable escenografía de Mónica Kubli), la  intimidad de un departamento clasemediero, donde el espectador puede ver la sala de estar, el comedor y la cocina. Al inicio un suave olor a café nos adentran a un departamento donde viven dos ancianos, quiénes en la soledad compartida han encontrado su modo de vida.

Una existencia cotidiana que por unas horas se trastoca con la irrupción de su nieta Malú (Estefanía Hinojosa, quien alterna funciones con Carolina Miranda). La joven irrumpe como una especie de huracán en un espacio donde son más los silencios que las palabras; en una complicidad de años, conformada por el matrimonio de sus abuelos (Gastón Melo y Concepción Márquez, ésta última en la imagen, cortesía de Ana Araceli Alvarado).
Se muestra la brecha generacional, la nieta habla y habla como una tarabilla, en tanto los abuelos la escuchan atentos, tratando de desentrañar que es lo que ella vivencia.
El cariño se transforma en una fuerza motora de sutil acercamiento. Los ancianos trascienden ese tiempo inmóvil en el cual se encuentran confinados.
Raul Quintanilla no logra cuajar en su dirección, puesto que los tres actores participantes se encuentran en diversos tonos: Gastón Melo luce en exceso apagado; Estefanía Hinojosa rebosa vitalidad, pero ésta llega a ser exorbitante al grado que en momentos es capaz de exasperar y en tanto Concepción Márquez, la mejor del trío, a través de su gestualidad conecta muy bien con el rol que caracteriza.
Puesta en escena hiperrealista, donde la abuela prepara alimentos en escena; en tanto el abuelo lee el periódico y recuerda sus antiguos tiempos como profesor universitario. Un gran acierto es que los espectadores son especies de voyeurs de lo que sucede en escena, dada la proximidad que tienen con el evento teatral.
Bien dice en algún momento, el abuelo:_"Perder el tiempo es una blasfemia." Por ello, vivir se eleva como un valor esencial en este texto experimental de Leñero.
"La visita del ángel" que se presenta en el Círculo Teatral con funciones los jueves y viernes a las 20:30 horas; los sábados a las 18 y 20 horas, en tanto los domingos a las 18 horas es un homenaje a Vicente Leñero, uno de nuestros mayores dramaturgos, y ello se logró a iniciativa de María Antonia Yanes, su productora, quien fuera una de sus alumnas.
La corta temporada termina el próximo 21 de febrero.

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