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miércoles, 14 de octubre de 2015


"LA ANARQUISTA": PALABRAS A ALTA TEMPERATURA

CUna sórdida oficina de un presidio femenino es donde transcurre "La anrquista", la penúltima obra del gran drmaturgo norteamericano David Mamet que se centra en la necesidad de ejercer justicia, misma que no siempre se logra debido a los intereses credos, así como una fe ferviente para lograr sobrevivir en un encierro. Un tour de forcé entre Marina de Tavira como la implacable criminóloga y Cati, la presa ofreciendo una cátedra de actuación Lisa Owen.Las palabras entre ambas se cuecen a altas temperaturas. Cati casi al punto del derrumbe, ya no encuentra argumentos para defenderse, tres décadas ha pasado confinada, está al borde de un colapso nervioso.Y subyace la pregunta "¿Con qué derecho se puede sustraer una vida ajena?" Cati no logra conovecer a Ann, para que le de su libertad.  A lo largo de la obra hay una gran violencia emocional.
Con gran coomplejidad se desarrolla esta obra con diálogos agudos de Mamet, un gran conocedor de los recovecos de la condición humana.
La criminóloga tiene la sartén por el mango. A ella le corresponde dar o no dar la libertad a la anarquista, juzgada sobre todo por sus ideas. El crimen ya ha sido expíado, el ser rebelde es un tope para no hallar la tan deseada libertad.El espacio y la gélida iluminación corresponden a la autoría de Gabriel Pascal y están muy bien logrados. Enrique Singer ofrece una cuidadosa y puntual dirección como el buen conocedor de Mamet que es. Ya había montado "Oleanna" y "Éxito a cualquier precio"; él apuesta por el trabajo emocional de sus actrices y en ningún momento cae en el melodrama."La anarquista" también refleja como el poder sobaja y el espectador debe de estar muy atento a lo que se dice en esta obra hiperrealista.Es un buen montaje que no hay que perderse en el Teatro El Milagro, con temporada hasta el próximo 1 de noviembre. Con una coproducción de Petit Comité e Incidente Teatro.


L

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