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viernes, 10 de julio de 2015


"LOS BAÑISTAS" Y "LA FIESTA DE LA DESPEDIDA", DOS FILMES EN EL 35 FORO INTERNACIONAL DE CINETECA NACIONAL

Dentro de la programación del 35 Foro Internacional de Cineteca Nacional están incluidas dos películas que le ofrecen al espectador la opción, no sólo de disfrutar de dos trabajos fílmicos bien realizados, sino que ambas sirven para la reflexión. Se trata de "Los bañistas" (México 2014) de Max Zunino y "La fiesta de la despedida" (Israel  2014) codirigida por  Tal Granit y Sharon Maymon.
LOS BAÑISTAS: LA SOLIDARIDAD EN TIEMPOS DE CRISIS.- La ópera prima de Max Zunino, realizada con escasos recursos económicos, pero con talento nos ofrece una visión de las consecuencias que ha tenido la globalización en el mundo. Martín un hombre maduro (estupendo Juan Carlos Colombo) se queda repentinamente desempleado. Por azares de la vida, él se interrelacionará con la joven Flavia, su vecina (carismática Sofía Espinosa).
En un principio la relación entre ambos será sumamente difícil, sólo el tiempo logrará aligerarla. Los dos se ayudan a seguir adelante a pesar del sombrío entorno en donde viven.
Sin caer en el panfleto, la historia nos mostrará como surge un brote de solidaridad en tiempos de crisis, y el cómo la juventud inyecta un hálito de vida a las personas de la tercera edad.
"Los bañistas" que obtuvo el Premio FIPRESCI a la mejor ópera prima en el Festival del Cine del Mundo de Montreal, Canada, sorprende por su frescura, su timing, y es una lección que pese a todo la generosidad humana continúa existiendo.
LA FIESTA DE LA DESPEDIDA.- Un ácido humor negro permea esta tragicomedia israelí que se desarrolla en un hospital geriátrico de Jerusalén, donde uno de los ancianos construye una máquina para poder hacer la eutanasia cuando se ofrezca; el primero que la obtiene es un hombre en estado terminal.
Dicha máquina tiene gran éxito, pronto se correrá la voz y más de uno querrá que se la apliquen. Un cuarteto se convierte en una especie de "escuadrón de la muerte".
Esta cinta codirigida por Tal Granit y Sharon Maymon esconde tras su aparente ligereza una buena carga de dolor y ofrece una reflexión en torno a la vejez y sus achaques, la muerte y la solidaridad humana, no siempre entendida del todo bien.
Un buen conjunto de actores, aunados a la fotografía de Tobías Hochstein vuelven a mostrar que el cine israelí se encuentra en un buen momento.

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