Tan sólo le bastan 4 personajes para mostrar un microcosmos de incertidumbre y falacias, de búsqueda de refugio en teorías espirituales o en sanguinarias novelas policíacas; 4 personajes que se saben por sus nombres, pero que ignoran el uno del otro, sus esencias primigenias.
Mario Espinosa es el responsable de esta bien trazada puesta en escena, que cuenta con muy buen ritmo, y que equilibra el peso actoral, con un texto dramático, que en momentos colinda con el absurdo y el pastiche.
Theri (estupenda Arcelia Ramírez) es la jefa de una oficina donde se fabrican aplicaciones para teléfonos celulares, acaba de pasar por una crisis emocional severa, y ha encontrado un refugio en el pensamiento pacifista de Gandhi, mismo que quiere poner en práctica en esta microempresa; Edyta Rzewuska, responsable del vestuario, por ello la presenta con camisola y pantalones blancos: por otra parte, está su contrincante Seppo (un telúrico José Carlos Rodríguez) quien no tolera que su compañera destaque más que él.
A ambos, se les suma el timorato Mikke (Raúl Briones, una revelación), diseñador y apasionado de la literatura policíaca y con menos intervenciones el jefe del trío (Juan Carlos Beyer).
Gloria Carrasco diseñó una funcional escenografía tres sillones, un tapiz otoñal, la pantalla para un multimedia dosificado, y en la parte superior del escenario una especie de sauna.
"Horror móvil" estupenda sobre todo en su primer acto, nos habla de la comunicación en la era del vacío. donde a veces se inventan productos tan descabellados, como aplicaciones de "horror", castillos góticos, fantasmas, dragones para poder ser vistos a través del teléfono celular.
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