"CUATRO LUNAS": DEL AMOR GAY EN CUATRO FASES EXISTENCIALES

El Distrito Federal es el escenario elegido por el joven cineasta Sergio Tovar Velarde (1982) para el desarrollo de "Cuatro lunas" (2013), su segundo largometraje; el anterior fue "Mis últimos días" ("Aurora Boreal/2007), más uno de los segmentos de "Los inadaptados" (2011).
Él dirige y es responsable de un guión que entreteje cuatro historias de "ese amor que no se atreve a decir su nombre", diría Óscar Wilde. Un muchacho de once años se siente atraído por su primo que lo rechaza; dos universitarios inician un romance que se torna un nudo gorgiano, por uno de ellos no se asume como homosexual; una pareja bien avenida de jóvenes adultos, aunque con algunos tropiezos de infidelidad y finalmente un hombre de la tercera edad que busca experimentar una relación con alguien de su sexo.
Tovar Velarde va hilvanando fragmentos de dichas historias, las cuales se enraizan en el amor y la necesidad de fortalecer una identidad.
Comparten créditos actores experimentados como Juan Manuel Bernal, Karina Gidi, Mónica Dionne o Alonso Echánove con artistas noveles como Martín Barba y Óscar Olivares, entre otros<, y por supuesto se deja entrever una brecha de experiencia entre unos y otros.
Tal vez, exista demasiado regodeo en las escenas de sexo, pero si algo salva a "Cuatro lunas" es el sello de autenticidad y pasión que le imprime el cineasta de origen nayarita.
Hay mucha emoción en varias de sus secuencias bien fotografiadas por Yannick Nolin. El filme tiene en Edgar Barrón a un buen productor. Esta cinta llega a cartelera comercial el próximo 12 de febrero distribuida por Alfhaville.