"BOYHOOD": DE LAS HERIDAS DEL TIEMPO

El paso de la niñez a la adolescencia con todo lo que ello implica es abordado de manera magistral por Richard Linklater, el cineasta norteamericano independiente en su filme "Boyhood" (2014). A lo largo de casi tres horas el espectador sigue la educación sentimental del inquieto e hipersensible Mason (Ellar Coltrane), hijo de padres divorciados, víctima de dos cónyuges ebrios de su madre Liv, pero ante todo deja mostrar su alma de artista y está consciente de que cada momento es el que nos va viviendo.
Cinta magnética fotografiada por Lee Daniel y Shane Kelly, que sin mayores aspavientos nos habla de gente como uno y da un coherente retrato de una familia disfuncional, por algo Linklater ganó el reconocimiento del mejor director en el Festival de Berlín el año pasado y "Boyhood" fue nominada  por el American Film Institute como una de las 10 mejores películas del año. 
Emotiva e ingeniosa se construye a partir de una retacería de vivencias y es inevitable pensar en el Antoine Doinel de Truffaut. Las heridas que deja el tiempo están muy retratadas por el cineasta, así como las alegrías y miedos cotidianos. Cada secuencia pertenece a una especie de album familiar que es develado y que gana mucho con las actuaciones de Ethan Hawke como el padre inmaduro y de Patricia Arquette como una madre omnipotente que también es frágil.
Viaje íntimo y épico de una vida común, "Boyhood" es bella y conmovedora y son de esos filmes que se agradecen por su fuerza expresiva y autenticidad.
39 ´días de rodaje para retratar 12 años de vida.