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viernes, 29 de marzo de 2013


"UN CHARCO INÚTIL": LAS HERIDAS EXISTENCIALES

David Desola es uno de los dramaturgos españoles contemporáneos que ha desplegado su pluma en torno a temas con fuerte carga social. Recientemente, la familia Bonilla presentó su conmovedor melodrama "Almacenados" en torno a la jubilación laboral; ahora podemos apreciar "Un charco inútil", una obra que nos remite a las heridas existenciales, esas que dejan tatuajes abisales de dolor en el alma.
Son 3 personajes: Irene (espléndida Úrsula Pruneda), una mujer que no logra superar la muerte de su pequeño hijo, y que cree que aún vive; un profesor (eficiente Tomás Rojas) que no sólo cojea de un pie, sino que su timidez y falta de valor lo mantiene en un resquebrajamiento emocional y finalmente, quizás el personaje más interesante del trío, un viejo y cínico profesor (con una gran interpretación de Miguel Flores) quien representa una especie de conciencia en torno a la sabiduría que debe de prevalecer en toda vida.
Carlos Corona es el director de esta obra, opta por un trazo minimalista y por manejar un escenario en dos niveles, a modo de metáfora: una cuestión es lo que les mostramos a los otros; y una segunda, el convulsionado mundo interior que intentamos enmascarar.
Esta obra a decir del propio Desola en el programa de mano, surgió a raíz de los Atentados del 11-M en Madrid España, son "los  personajes que se refugian en la locura para mantenerse cuerdos."
En efecto, "Un charco inútil", permeada en momentos por un humor agridulce nos invita a una reflexión en cuánto al culto que le damos a nuestros muertos, así como la necesidad de reencaminar los pasos, tras la tragedia.
Se presenta los lunes y martes a las 20 horas en el Teatro Xavier Villaurrutia hasta el próximo 30 de abril. 

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