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viernes, 29 de junio de 2012


"EL PACIENTE INTERNO": DE FRUSTRADO HOMICIDA A INDIGENTE GNICIDA A INDIGENTE

Basta con abrir un periódico para encontrar una historia, para ser trasladada al cine, así le ocurrió a Alejandro Solar, egresado del CUEC, Centro Universitario de Estudios Cinematográficos, cuando se quedó hechizado con un reportaje en tres entregas, publicado por Gustavo Castillo en "La Jornada" en el 2004, en torno a Carlos Castañeda, frustrado homicida  de Gustavo Díaz Ordaz a inicios de la década de los 70.
Él quería tomar revancha por la masacre del 2 de octubre de 1968, pero falló y su castigo no se hizo esperar, estuvo internado por poco más de 25 años en el hospital psiquiátrico Samuel Ruiz Moreno, en condiciones infrahumanas.
Carlos Castañeda es el protagonista del documental "El paciente interno" dirigido y escrito por Alejandro Solar, trabajo fílmico inscrito en el cinema verité, que obtuvo una mención honorífica en su categoría en el 27 Festival Internacional de Cine de Guadalajara, y que en estos momentos se encuentra a la espera de un distribuidor.
"El paciente interno" (así también se llama uno de los relatos de Arthur Conan Doyle), es un crudo retrato de un chivo expiatorio del sistema mexicano, de un vengador fallido, que en la actualidad , vive en un albergue para indigentes y que la mayor parte del tiempo se la pasa vagando como ánima en pena por las calles del Distrito Federal.
Solar combina de modo equilibrado testimonios de personas cercanas a Castañeda, entre los que destacan los del propio periodista Gustavo Castillo y de la abogada Norma Ibáñez quien logró sacarlo del psiquiátrico. Lo más conmovedor son las imágenes que corresponden al pabellón del nosocomio donde por un milagro "el paciente interno" no terminó por desquiciarse completamente, puesto que vivía peor que un animal, incomunicado, con muy malas condiciones sanitarias, desnutrido y sometido a muchos calmantes para aturdirlo.
Cinematográficamente, Solar rebasa el formato de un mero reportaje televisivo, dando dramatismo a las diversas secuencias que conforman un documental, que en momentos pareciera ser una ficción emergida de una mente perversa.
Hoy en día, Carlos Castañeda es tan sólo un sobreviviente, lúcido pero con ideas inconexas, fervoroso creyente con tintes mesiánicos como lo capta la lente fotográfica de Ignacio Miranda. Esperemos que este interesante trabajo fílmico pronto llegue a nuestras pantallas.

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