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martes, 1 de abril de 2014


IBSEN: DRAMATURGO DEL MALESTAR DE LA CIVILIZACIÓN

En 1881, Henrik Ibsen , el gran dramaturgo noruego escribía en su obra "Espectros": "Pretender vivir, vivir una existencia auténtica y desarrollar en plenitud la propia personalidad es una megalomanía". Sin duda un apunte trágico que nos remite a que la vida humana es más ficción que realidad, consigna que lo guió a lo largo de su creación dramatúrgica extensa y renovadora para sus tiempos que lo erigió como el escritor del malestar de la civilización occidental.
Él fue uno de los grandes del Siglo XIX que buscó la conciliación entre el deber y la felicidad.
Abogó por la liberación de la mujer, así como por la igualdad social y luchó arduamente contra las mentiras convencionales, su principal interés era que el ser humano llegara a ser libre, así tenemos por ejemplo, su drama "Juan Gabriel Borkman" como la traición de la moral aplasta a los otros o como los sacrificios no siempre llevan a un buen resultado como el caso de la señora Alving en "Espectros", quien se siente culpable de asfixiar su propia persona para los otros.
La pluma de Ibsen es un tanto desencantada, es el naturalismo llevado a su máxima expresión, él sacude los cimientos de una sociedad un tanto tambaleante, nos hace ver el conflicto entre vida y espíritu, así como de existencia y arte, sin olvidarse de la libertad en caos y el orden represivo.
En una de sus obras más metafóricas "Peer Gynt" (1867), disuelve el yo como si se tratara de una alcachofa, intenta recuperar su esencia intrínseca, y se percata que es difícil llegar a un centro que resulta un tanto provisional.
De los mayores aciertos del dramaturgo noruego es su obra "Casa de muñecas" (1879), uno de los clásicos de la dramaturgia universal, con la emblemática Nora que busca escapar de la jaula conyugal para terminar en la misma prisión; o está "Hedda Gabler" (1890) la mujer que es mala por sentirse una esclava.
Muchas más son las obras para recordar de Ibsen como "Un enemigo del pueblo!(1882), donde profeticamente , donde nos entrega un retrato magistral del vínculo que une a todas las fuerzas, aunque éstas se terminen destruyendo las unas a las otras, a modo de los médicos que coimbaten las diversas enfermedades pero viven de ellas.
En suma, Henrik Ibsen: Dramaturgo del malestar de la civilización, hace hincapié en el nihilismo, la crisis del individuo y la relación de la existencia y sus significados; una y otra vez será recordado por ser el dramaturgo "a pesar de", el ser humano se sobrevivirá a sí mismo.


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