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viernes, 18 de julio de 2014


"BESOS DE AZUCAR": UN TRÁGICO PRIMER AMOR

Tras cinco años de dirigir "Rudo y cursi" (2008), Carlos Cuaron regresa a la dirección cinematográfica con "Besos de azúcar" (2013), parte de un guión propio, escrito en coautoría con Luis Usabiaga. La historia se despliega entre el ambulantaje, el bullying, la violencia y la corrupción. Es un melodrama con tintes trágicos en torno al romance de dos pre adolescentes Nacho (César Kancino) y Mayra (Daniela Arce), debutando ambos ante las cámaras.
Una historia que pretendía ser fresca, y que tiene un estupendo inicio cuando Nacho va cargando a cuestas con un colchón viejo que lleva a su hacinado hogar, donde vive con su abuelastra, su padrastro que lo maltrata(Enrique Arreola) y sus dos hermanos, la historia se va tornando un tanto densa, puesto que hay abuso de palabras soeces y altisonantes, las cuales pueden llegar a cansar al espectador.
Nacho y Mayra se erigen en una especie de Romeo y Julieta tepiteños, y creen en el sentimiento que los une con esa inocencia y frescura que subyace en el primer amor. El trasfondo de "Besos de azúcar" son los tianguistas, las corruptelas, y las mafias que son retratadas con tino, y el apoyo de la gran música escrita por Felipe Pérez Santiago y Pablo Lach. También hay que destacar la buena fotografía de Kenji Katori.
En algunos momentos, la cinta de Cuaron nos recuerda la de "Voy a explotar" de Gerardo Naranjo", así como "Amar te duele" de Fernando Sariñana.
"Besos de azúcar" es una cinta que se puede ver, pese a que se queda a medias, por los altibajos de su historia, y porque la pareja protagónica actúa de un modo un tanto acartonado.

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