DEL PARAÍSO AL INFIERNO IDA Y VUELTA (3a PARTE)

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La vida es un juego de serpientes y escaleras, unas veces estamos arriba casi tomando el cielo por asalto y otras con la piel y el corazón a la intemperie del medio ambiente.
Los tiempos difíciles cuando se viven parecen insuperables; cuando se trasponen es como una suave brisa que toca al rostro, o como si una estuviera a bordo de un columpio mecido por la suavidad de un viento férreo.
Del Paraíso al Infierno fueron los últimos 4 años de mi vida, connato de cáncer de mama por el mal diagnóstico de unos laboratorios de Cuernavaca, recluída en más de un Centro de Rehabilitación de Adicciones, Deprimida, es decir corroída por un imparable cáncer emocional., tres estadías en el Hospital Psiquiátrico y no me apellido Plath ni Pizarnik.
Por fin desde hace un mes y medio veo la luz a través de esa visible oscuridad en que estaba sumergida. Ahora más que nunca creo en la espiritualidad, Soy de origen judío, pero tomo lo más bello según mi parecer del cristianismo, el budismo, el hinduismo e incluso algunas suras de "El Corán" me parecen bellísimas.
Más que agradecida estoy con mi familia, una prima hermana que no me ha dejado morir sola en esta batalla, y esa gran familia que son los amigos que he recogido a lo largo del camino. En ello me siento más que afortunada.
Creo más en las miradas y el contacto humano que en una tecnología que acerca y aleja a un mismo tiempo. Zygmunt Bauman nos habla de una sociedad líquida, yo pienso en la misma línea que se trata de una sociedad mercurial.
Pero, por fortuna no soy La Mujer de Lot, y no volteo hacia atrás para quedarme petrificada como mujer de sal, vivo mejor el day by day, por el momento en Cuernavaca,la ciudad de la eterna primavera.
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