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martes, 9 de mayo de 2017


"UN SACO DE CANICAS": LOS HORRORES DE LA GUERRA

La ocupación alemana en Francia sobre la cruenta Segunda Guerra Mundial es el contexto socio-histórico donde se desarrolla la coproducción franco-canadiense "Un saco de canicas" (2017) dirigida por Charles Duguay, filme que se basa en la novela homónima de Joseph Joffo, la cual es de carácter autobiográfico. 
La trama se centra en dos jóvenes hermanos, casi niños (Dorian Le Clech y Batyste Fleund), ellos son Joseph y Maurice que se ven en la necesidad de huir de los nazis, apoyados por sus angustiados padres que quieren a toda costa salvaguardar sus vidas.
Tiempos de gran antisemitismo, tiempos presididos por la megalomanía de poder de Hitler. "Un saco de canicas" es un retrato de los horrores de la guerra, al tiempo que una lección de supervivencia, muy paralela a la que consigna el gran VÍktor Frankl en su libro fundacional "El hombre en busca de sentido".
El filme espléndidamente fotografiado por Christophe Graillet también muestra el cómo un conflicto bélico desintegra a una familia unida; tiene la virtud narrativa de ser una película con imágenes contundentes, que no caen en ningún momento en el chantaje, en el sentimentalismo barato y menos aún en un tono panfletario.
Si bien es una película más comercial que de arte, está bien realizada y permite al espectador (a) conmoverse con la serie de vicisitudes que pasan los dos hermanos para no sucumbir.
A quien esto escribe le tocó profundamente el corazón, tal vez por mi origen judío y por estar plenamente consciente de lo absurdo que fueron los tiempos de la Shoah, diría recordando a Dunia Wassestrom "Nunca jamás".
  Se agradece que "Un saco de canicas" no caiga en el punto de vista complaciente de "La vida es bella" (1997) de Roberto Benigni y que en cambio ofrezca un acto de resislencia y resistencia que es admirable. 


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