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domingo, 5 de abril de 2015

"TOCANDO LA LUNA": DOS MUJERES APASIONADAS"

Elizabeth Bishop (1911-1979) fue una destacada poeta norteamericana, que se hizo acreedora al Premio Pulitzer, una poeta que se caracterizó por observar desde la soledad y en silencio al mundo. Uno de sus poemas más memrables fue "Visitas al St. Elizabeth" (inspirado en el manicomio donde estuvo internada su madre, cuando ella tenía 5 años de edad).
En 1951 decide emprender un viaje a Brasil, a la búsqueda de nuevos aires y un paisaje que le permitiera salir de su sequía creativa. Ella nunca imaginó que ahí encontraría el amor de su vida con la arquitecta Lota Macedo Soares, con quien viviría una relación de poco más de 15 años.
Carmen L. Oliveira publicó una novela sobre dicha relación en 1997 intitulada "Flores raras y banalísimas", que ahora es llevada a la pantalla grande por el director brasileño Bruno Barreto ("Doña Flor y sus dos maridos", con el título de "Tocando la luna" (Brasil, 2013).
Una película que pese a no alcanzar grandes vuelos, tiene dos valores esenciales, la interpretación de las dos actrices protagónicas Miranda Otto (Bishop) y Gloria Pires (Lota), así como la química que hay entre ellas. Además de la recreación de la época y los bellísimos paisajes fotografiados por Mauro Pinheiro Jr.
A lo largo del desarrollo de la historia se abordan temas como el amor, los celos, el alcoholismo, el cómo Lota le ayuda a Elizabeth a vencer su fragilidad e inseguridad, pero no se reflexiona lo suficiente en los resortes ocultos de la creación poética.
Hay un gran respeto y sutileza por parte de Barreto al presentar la intimidad de una relación lésbica y del cómo la complicidad amorosa colabora a superar muchos obstáculos existenciales. "Tocando a la luna" es un filme que se deja ver, y que hace honor a lo que escribía la poeta en "Programa de viaje": "¿Es una falta de imaginación la que nos lleva, acaso / a visitar lugares imaginados y no quedarnos en casa?."

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sábado, 4 de abril de 2015

"SOMBRAS EN EL PARAÍSO": DEL VACÍO EXISTENCIAL

El monólogo es uno de los géneros teatrales más difíciles, la palabra debe de tener gran fuerza expresiva para poder enganchar al espectador. Por fortuna esto sucede con "Sombras en el paraíso", escrito por el actor Alberto Estrella, quien anteriormente ya nos había entregado otros textos como: "Ilusión" y "Cariñosita". Es bella y potente su obra que aborda la problemática de una mujer solterona que vive un gran vacío existencial, al cual no le encuentra salida.
La dirección se la encomendó al cineasta Alejandro Ramírez ("Todos hemos pecado"), el problema, pese a la sensibilidad del mismo, es que entrega un trazo escénico sumamente ilustrativo, pone a la protagonista a hacer acciones explícitas, cuando el lenguaje por sí solo es contundente.
Angeles Marín, quien tiene muchos matices interpretativos es la encargada de dar vida a Alma, una enfermera agobiada por su trabajo y sobre todo por su soledad intensa; ella cuida de su madre Teresa Selma, muy bien en su trabajo gestual, puesto que sólo es presencia y tiene un breve parlamento.
Entre ambas mujeres existe una fuerte rivalidad una fuerte relación amor-odio, que se suaviza cuando escuchan a Pedro Infante.
Desde su título "Sombras en el paraíso" es una especie de metáfora de hallar cierta paz en un tiempo inmóvil o eterno. El espacio escenográfico- un cuarto sencillo- creado por la joven Erika Gómez cumple su cometido, no así el trazo de iluminación que tiene algunos altibajos.
Esta obra que se presenta en el Círculo Teatral hasta el próximo mes de junio, los viernes a las 20:30 horas, bien vale la pena verse para descubrir la faceta de Alberto Estrella, que además de ser un talentoso actor, muestra en su escritura una sensible penetración a los recovecos más oscuros del alma humana. 
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jueves, 2 de abril de 2015

"LA TIRISIA": ESA ENFERMEDAD PERNICIOSA DEL ALMA

Seis años son los que tardó el director mexicano Jorge Pérez Solano para filmar su segunda película, la primera "Espiral" (2008) era un homenaje rural al cine de la época de oro de nuestro país. Ahora de manera más experimental y propositiva entrega "La tirisia", filmada en la mixteca poblana, filme que forma parte de la programación de la 58a Muestra Internacional de Cineteca Nacional.
Estamos ante una cinta de atmósferas-  que obtuvo el Premio a Mejor Película Alejandro de Oro en el Festival Internacional de Cine en Tesalónica, en una trama que se centra en la vida de dos mujeres: Cheba (estupenda y convincente Adriana Paz) y Ángeles Miguel (Gabriela Cartol), ambas viven en un pueblo un tanto inhóspito dejado a la mano de Dios; ambas están embarazadas de Silvestre (Gustavo Sánchez Parra, que con esta participación, ganó el Premio al mejor actor en el Festival Internacional de Cine de Guadalajara.
Ambas mujeres, padecen esa enfermedad perniciosa del alma, que se llama tirisia, una abulia total, con tintes de tristeza profunda y una nube de melancolía.
Donde viven es un lugar sumergido en la desesperanza, donde ni el candidato en turno les hizo caso y donde la monotonía es alimento de todos los días. El único alegre y sorprende en su interpretación, es Canelita, un homosexual caracterizado por Noé Hernández, gran amigo de Sheba.
De mayo a noviembre transcurre un filme presidido por el sincretismo religiosa, con una gran fotografía de CésarGutiérrez Miranda. Pérez Solano, también autor del guión, opta por pocos diálogos, y pone más atención a los silencios, los gestos y las miradas, y claro imágenes contundentes que nos sumergen en el vacío existencial.
Lo único es que "La tirisia" tiene varios finales, y ello la torna poco cansada al final, pero nos obstante es una película que ofrece calidad y talento artístico.
Para ver fechas de proyección se sugiere consultar www.cineteca.net
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