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lunes, 25 de mayo de 2015


"LA MUJER JUSTA: DE AMORES, DESAMORES Y DESEOS TRUNCOS

Amores y desamores desde tres puntos de vista, monólogos que son trazados por una pluma sabia y sutil es lo que nos propone el montaje de "La mujer justa", en base a la novela homónima de Sandor Marai ("El último encuentro", "La herencia de Eszter"), en una versión teatral de los argentinos Hugo Urquijo y Graciela Dufau.
El director Enrique Singer acude a una puesta en claroscuros, iluminación de Víctor Zapatero y apenas unas sillas para dar paso a los pensamientos de sus personajes. Teatro de la palabra, que recrea retazos del pasados para cuenta de seres errantes y solitarios que no se supieron dar a las jugadas de Eros.
Ella María (Verónica Langer, propulsora del proyecto), es una mujer que cae en la desolación al enterarse que Peter, su marido (Juan Carlos Colombo) le ha sido infiel con Judit (Marina de Tavira, antigua ama de llaves de su suegra).
El contrapunto es Lazar el escritor ((Héctor Holten que develará algunas de las pistas y misterios. El elenco formado también por Tina French como la suegra, viste de colores oscuros para dar cuenta que no siempre se puede estar bien en la vida, puesto que son muchas las caretas que usan y cuando se recapacita es demasiado tarde.
Destacan sobre por su trabajo, las tres actrices que imprimen las huellas de un cataclismo emocional. Esto ha de ser tan sólo una probadita de la pluma de Marai, un escritor que conocía a fondo los recovecos de las pasiones humanas.
El montaje de "La mujer justa" termina su temporada este próximo 1 de junio en la Sala Xavier Villaurrutia, pero es de esperarse que en breve otro teatro la acoge, porque bien la pena, un trazo escénico puntual, al que aúnan importantes reflexiones de la pasión humana. 

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