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jueves, 9 de mayo de 2013


"CUATRO NOTAS DE AMOR": UN LEVITAR EMOCIONALMENTE

A sus pocos más de 70 años, el gran actor Dustin Hoffman toma el reto de estar detrás de las cámaras, nunca es tarde y menos cuando se bordea en torno a un tema inquietante para el período existencial del director, como es la vejez, ese proceso natural de la vida que a todos nos llega, a pesar de que no se desee.
Hoffman opta por trabajar con una adaptación de la obra teatral "Quartet" de Ronald Harwood, responsable de un guión equilibrado y el resultado es una bella comedia romántica surcada por una agridulce ironía, coproducción inglesa y norteamericana, filmada en el 2012, y que tuve el agrado de ver en Cinépolis Diana.
"Cuatro notas de amor" (su ripioso título en español) es ante todo un filme de actores, cuenta con la estupenda Maggie Smith, Tom Courtnay, Billy Conolly y Michael Gambon , entre otros.
Estamos ante un filme comercial de buena factura, que cuenta con la fotografía de John de Borman y una gran selección musical que estuvo a cargo de Darío Manicelli. (sobre todo temas de Verdi).
Una casa de músicos retirados, los cuales gracias a su pasión por el pentagrama, logran vivir a plenitud la última etapa de su cronología existencial.
Hoffman se maneja a sus anchas y casi logra un filme de autor que es muy disfrutable, que cuenta con un ritmo ágil, y que encaja el molde de una comedia inglesa old fashion. Maggie Smith, sencillamente está deliciosa como la diva egocéntrica, que se reencuentra con Reginald (guapo y efectivo Tom Courtney), el amor de su vida; y mención aparte merece el trabajo interpretativo de Billy Conelly como el lúdico y frívolo Wilfred.
"Cuatro notas de amor" es un divertimento, que deja entrever que los últimos días de la bitácora terrenal, aún pueden tener giros sorpresivos, días en que la complicidad en la amistad es una de las anclas para proseguir.


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