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lunes, 11 de febrero de 2013


"UNA NIÑA MARAVILLOSA": ENTRE LA POESÍA Y EL ARTIFICIO

Sin duda el cine norteamericano independiente, tiene la mayoría de las veces, mucho más interés que el de carácter comercial. Esto queda de nueva cuenta mostrado con la película "Una niña maravillosa" ("Beasts of Southern Wild"), ópera prima de Ben Zeitlin, que la vimos en el GIFF del año pasado y que llega a su corrida comercial el próximo 14 de febrero.
Si bien es cierto que es poderosa, emotiva, con bellos momentos visuales, también es artificiosa, por que para dar cuenta de los miedos infantiles de Hush Puppy (interpretada por la grácil Quevenzhane Wallis), no la ubico- aquí entra el artificio reflexionando sobre lo efímero de la vida, o sobre la trascendencia después de la muerte.
Conmueve como una niña vive con un padre alcohólico (Dwrigh Henry) en una comunidad sureña de Estados Unidos, donde son muchas las carencias, y donde sus habitantes están arraigados en el terruño. Ella es una chiquilla solitaria que debe sumergirse en un mundo alterno, donde impera el ingenio para sobrevivir ante tan cruentas circunstancias.
Tampoco me agrada que por unos 20 minutos aproximadamente se recurra a la cámara en hombro, lo cual en el inicio de la película la torna un poco cansada.
Zietlin nos brinda algunas secuencias de alto lirismo, pero es efectista, pero bien dicen que para película está su espectador. Yo diría que "Una chica maravillosa" es tan sólo casi buena... y nada más.

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