"EL ASCENSOR": METÁFORA DEL PODER

Hay óperas primas que sorprenden por su originalidad, pese haber sido filmadas con pocos recursos económicos, son propositivas y muestran la creatividad de un cineasta en ciernes. Tal es el caso de "El ascensor"(Bolivia, 2009) de Tomás Bascopé, que como indica su título, la mayor parte de la trama transcurre en un espacio tan opresivo como puede ser un elevador, habilmente ,la historia no es teatro filmado, sino es un ejercicio donde el cineasta sabe dónde y cómo poner la cámara.
"El ascensor"- que se presenta exclusivamente en Cineteca Nacional, es una metàfora en torno al poder y parte de una anécdota sencilla, un joven yuppie, es asaltado por un frustado ingeniero y un taxista de poca monta, se dirigen a la oficina del primero; nunca pensaron que se quedarìan atrapados en un ascensor, a lo largo de tres dìas.
Bascopé se basa a desplegar un tour de forcé entre víctima y victimario, donde salen las características más desleznables del trío. Una pistola sin balas, pasada de mano en mano, les permite a cada uno de los tres a ejercer un poder temporal sobre los otros.
Los diálogos son inteligentes, en momentos cargados de un fuerte humor caústico. Cada uno se desnuda, como alma en el purgatorio.

"El ascensor" es una buena propuesta, y la recomiendo ampliamente.