Ads Header

jueves, 6 de diciembre de 2012


RUBY, LA CHICA DE MIS SUEÑOS Y EL GRAN SECRETO: LA LITERATURA COMO EJE

La ficción se separa de la realidad, por una frontera frágil, casi quebradiza, como sucede en la comedia romántica: "Ruby: La chica de mis sueños"( "Ruby Sparks"), dirigida por la dupla de Jonathan Dayton y Valerie Faris, quien hace algunos años nos deleitaron con "Little Miss Sunshine". Un humor agridulce permea "Ruby Sparks", Calvin Weir- Fields es un joven escritor (Paul Dano, uno de los productores del filme), él se ha consolidado como el genio de las letras neoyorkinas, y tanto reconocimiento le genera un bloqueo literario.
Un día sueña y crea un personaje femenino Ruby Sparks, el cual salta de su imaginación a su vida real, para que ambos vivan una gran pasión amorosa, y el joven solitario- acompañado las más de las veces por su perro y su fiel hermano-, tiene la oportunidad de tener a su lado a una excéntrica alma gemela.
La fantasía es uno de los ingredientes que Dayton y Faris explotan con gran acierto, basándose en cierta manera en la creación de ese amigo imaginario que nos ayuda a vivir. Lo cotidiano, lo aparentemente sencillo, desemboca en una aguda reflexión de la necesidad de poblar un mundo real que puede resultar tedioso y vacío, con fantasías que se erigen en un salvoconducto de sobrevivencia.
"Ruby: la chica de mis sueños" tiene el plus de contar con una breve participación de Annette Bening y Antonio Banderas, como la madre y padrastro de Calvin, quienes viven también su fantasía, las de entes "New Age", además de una gran banda musical de la autoría de Nick Uruta. Filme sencillo pero entrañable, que a partir de la literatura ofrece una historia si bien no del todo realista, sí posesora de frescura que viene a ser una bocanada de aire en el anquilosado cine norteamericano actual.
Mientras que "El gran secreto" ("The Words"), también tiene a la literatura como columna vertebral para dar cuenta de un plagio un tanto accidental de un escritor que ansía el éxito (Bradley Cooper), una decisión que toma y que lo hará vivir dentro de la simulación.
La estructura a modo de una gran matrioschka, donde se inserta una historia central y varias secundarias, tiene el defecto de quedarse en la superficie y no ahondar en torno al problema ético de lo que supone un plagio.
Uno de los aciertos es incluir al gran actor inglés Jeremy Irons en una breve pero efectiva participación, de un hombre que resultó rebasado por la vida, por una serie de hechos azarosos que fue incapaces de controlar, uno de ellos, el ser vencido más por su pasión por las palabras, que por amar a la mujer que estaba a su lado.

0 comentarios:

Publicar un comentario