"EL SUEÑO DE LU": DEL DUELO Y LA REDENCIÒN"

Es ley contranatura que unos padres pierdan de modo prematuro a su hijo, ello deja una profunda herida que traspasa los entretejidos del corazón más fortalecido. Se debe recorrer un amplio trayecto para volver a recuperar las ganas y el brío de vivir. De ello deja constancia el sensible filme "El sueño de Lu", 2011, (segundo largometraje de Hari Sama, el primero fue la comedia "Sin ton ni Sonia").
Tras nueve años de ausencia de la direcciòn cinematográfico, el director retorna con una película que sacude y estremece puesto que muestra el cómo un revés de la existencia trastoca a una joven mujer Lucía (una maravillosa Úrsula Pruneda, ganó en el Festival de Shangai, el premio a mejor actriz) quien padece una profunda depresión tras perder al pequeño Emiliano.

Ni su madre (la gran actriz Maricarmen Farías), ni el ir a un grupo de auto-ayuda de mujeres con su mismo problema, (en esta secuencia hay que destacar la breve y convincente intervenciòn de la actriz Mariana Giménez), serán paliativos para que ella vuelva a encontrar su centro. Lucía anda desorientada por la vida, como si fuera una autómata y no una persona, su brújula vital ha perdido su centro.
Sama apuesta por una estética minimalista, donde los planos secuencia y la morosidad de las imágenes tienen mayor peso que las palabras, el rostro atribulado de la protagonista es un mapa donde el dolor ha hecho surcos tan profundos como el vacío que siente a lo largo y lo ancho de su cartografía interna.
La fotografía de Emiliano Villanueva contiene tinturas melancólicas con el objeto de reflejar el proceso de un duelo y el encuentro de la redención con el contacto de las aguas marinas, con el entendimiento que la eternidad se puede lograr apresar en un instante.
"El sueño de Lu" que formó parte de la Sección de Competencia de Largometrajes de Ficción" en la novena edición del Festival Internacional de Cine de Morelia, llega a su estreno comercial, respaldada por Cineteca Nacional. Es un trabajo que hay que verse,  por su calidad cinemática, pero ante todo por los sentimientos que transmite de una manera sumamente lírica.