MADRID 1987, LA PELÍCULA MÁS RECIENTE DE DAVID TRUEBA EN EL 27 FICG

Cierto día sumamente caluroso en el Madrid de 1987, se suscita una historia regida por las leyes del inefable azar, Miguel un viejo editorialista (José Sacristán), próximo a dar el canto del cisne, se suele citar con la joven Ángela estudiante de periodismo en un café (María Valverde). Ellos son los dos personajes vertebrales de "Madrid 1987", la película más reciente del cineasta español David Trueba, que tras haber estado en el Festival Sundance, forma parte de la programación del XXVII Festival Internacional de Cine de Guadalajara.
Película teatral, discursiva, pero posesora de la magia del universo cinematográfico, aquel que sabe envolver al espectador en su travesía, la mayor parte de la acción transcurrirá en un baño (en esto se emparenta en el manejo de una locación con "Las amargas lágrimas de Petra von Kant" de Fassbinder o con "Intimidades en un baño" de Jaime Humberto Hermosillo).
Trueba ofrece una película lírica que invita a la reflexión, desde el momento en que confronta a dos generaciones, la vieja representada  por el periodista, viejo lobo de mar y por la joven anhelante de que se cumplan nuevas utopías en su vida.
Entre ambos, a partir de un incidente se desarrollará un tour de force de grandes intensidades... donde el deseo y la repulsión van de la mano, donde se cuestionan los valores de una sociedad cada vez más descabellada y deshumanizada.
"Madrid 1987" es un filme de bajo presupuesto, pero realizada con gran oficio, que cuenta con una cuidada fotografía de Leonor Rodríguez, esta cinta nos muestra la salud que vive el cine español, y que no se requiere de grandes presupuestos para crear una buena cinta.
En cambio, dentro del mismo Festival de Cine de Guadalajara, resulta pretenciosa y vacua la ópera prima de Raúl Fuentes, egresado del CUEC, Centro Universitario de Estudios Cinematográficos, que lleva el título de "Todo el mundo tiene a alguien menos yo".
El joven realizador, si bien aborda una relación lésbica, desafortunadamente por querer intelectualizar tanto su trabajo, recurre a elementos de la estética de la Nueva Ola Francesa, como filmar en blanco y negro y acentuar las emociones de sus personajes, falla en querer insertar un exceso de citas literarias, que se sienten con calzador, y una de ellas es realmente fuera de lugar, cuando Alejandra la protagonista le dice a su amada María: "No necesitas ser ballena para leer a Moby Dick" es una metáfora de lo más desafortunada.

Es innegable que Fuentes tiene sensibilidad para el cine, pero sería aconsejable que cuidara más el guión para una futura realización. El FICG terminará el próximo 10 de marzo.